martes, 24 de agosto de 2010

Ingenii largitor venter (El hambre agranda el ingenio)


Los hombres no quieren vivir la religión, quieren vivir en un mundo legendario.

Pedro Soto Astiz, escritor

Reflexión suscitada a mi amigo Pedro durante una visita a monasterios e iglesias ortodoxas en Rumanía.
Podemos pensar que el estómago vacío o la líbido a tope, también alimentan siempre el ingenio, del mismo modo que las leyendas han alimentado siempre muchos estómagos atormentados y crujientes. Aunque particularmente pienso que el ser humano en general, ha necesitado desde siempre nutrir su vida interior con esa levedad posibilista de la leyenda, que lo lleva al suculento misterio indescifrable y a su placer intelectual. Los gurus verdaderos, avatares, iluminados, bodhisattvas, grandes almas, gigantes de la espiritualidad que están por encima del hambre y del coito son los menos. La inmensa mayoría estamos por la leyenda y la gula voluptuosa.


Otra frasecita:

"No sé con qué armas se combatirá en la III Guerra Mundial, pero sí sé cómo se hará en la cuarta: con palos y piedras".

Albert Einstein

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